Cansado del camino, cansado del andar y de nunca llegar a mi destino, por sólo peregrinar.
Cansado de morir viviendo; ya que mi andar es un tormento y el morir viviendo es estar en un destierro.
¿A dónde fuiste vida mía?, te busco entre los malos sueños y no te veo, te busco entre mi llanto y mi lamento, y, ¡no estás!
Por eso, abro los ojos y vuelvo a preguntar: ¿A dónde fuiste vida mía?;
Déjame sólo verte un segundo más, para recordar mejor el andar, déjame morir sabiendo que existes o déjame verte un segundo más, aunque este sea mi último despertar.
Derechos reservados del autor: IJ Venus (Obra: Mis escritos).
Ese nudo en la garganta y ese dolor apretujando el pecho sin poder mostrar a nadie lo que se guarda por dentro. Hay momentos así en la vida que hemos experimentado todo eso, pero siempre hay una luz al final del tormento.
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